La gran pregunta aquí es ¿Por qué? ¿Por qué permitimos muchas veces que nos impongan ideas y nos quiten nuestra libertad?. La verdad es que todos alguna vez hemos tenido que dejar a un lado nuestras ideas para complacer a otros, quizá es porque estamos en el trabajo equivocado.

Te han dicho cómo actuar, cómo pensar, como escribir e incluso dudar de la capacidad para hacer algo. A menudo esto sucede en los trabajos donde cumplir un horario, acatar órdenes, y dejar la mayor parte de tu tiempo en él, se convierten en prioridad.

El trabajo no es malo, al contrario te ayuda a seguir fortaleciendo tus conocimientos, lo malo es cuando se convierte en una preocupación y obligación. Cuando pierdes ese amor por hacer cada días las cosas mejor, es ahí cuando el trabajo pasa a un plano de reflexión.

Trabajar en lo que te gusta implica dejar todo de ti en cada meta. Valorar las derrotas y nunca sentir desobligo por el esfuerzo que haces. Sin importar el tiempo que tengas que invertir porque sabes que es un trabajo gratificante.

Pero que pasa cuando, un trabajo representa todo lo contrario a lo que imaginas, cuando vives en un ambiente poco saludable, cuando empiezas a sentir esa extraña sensación de asfixia, de confusión y muchas veces de miedo.

Sientes que estás perdiendo la fe, pues te da terror el hecho de tener que regresar al trabajo al día siguiente, cuando no sonríes como antes, y tu fiel amigo es el estrés.

Presta atención a estos síntomas porque eso indica que es hora de buscar nuevos rumbos.

Es mejor retirarse, emprender un nuevo rumbo con grandes historias y sueños, encontrar un lugar donde puedas crecer sin perder tu esencia, donde trabajar no represente un lista de insatisfacciones, sino más bien contribuya a crear grandes cosas.

Tu trabajo debería despertarte una sonrisa y un sentimiento de satisfacción que te diga, que ese es el lugar al que perteneces, aunque no siempre puedes estar totalmente satisfecho en tu trabajo.

«Procura que todo lo que hagas sea un motivo para seguir creciendo»

Si lo que haces te llena y te emociona estarás en el camino correcto, lo importante es que sueñes en grande y sean un referente para los demás.

Y si las cosas no son como te gustaría, no desesperes, quizás pueda ser un paso más en tu camino hacia algo mejor.

No es saludable estar en un trabajo que odias, por una sencilla razón. No aportarás nada positivo para quienes te rodean y en especial a ti mismo.

Trabajar en lo que te gusta implica dejar todo de ti en cada meta.

Cuando haces cosas por obligación tu autoestima desciende lentamente, y sin darte cuenta terminas en un hoyo lleno de prejuicios, culpas e insatisfacción.

Recordemos una frase muy acertada relacionada con la «aferración al trabajo», del conocido filósofo matemático Bertrand Russell  «Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante.

Todos deseamos ganar mucho dinero para reducir varias de nuestras preocupaciones, sin embargo el tema financiero en un trabajo es otra de las causas de insatisfacción en la vida de las personas.

Si hay algo que el dinero no compra son los sueños, pero no por ello debes dejar a un lado la importancia de sentirte premiado y gratificado por tus labores. El dinero que recibes por tus actividades es importante para sentirte motivado.

Recuerda que en este camino laboral, todos somos fácilmente reemplazables en cualquier empresa, pero no olvides que las ideas y el talento que posees es único, además es algo que nadie podrá imitar.

Pues bien, el temor a salir de tu zona de confort es inevitable ya que no sabes a lo que te podrás enfrentar. Pero si no lo arriesgas nunca sabrás hasta dónde puedes llegar.

No hay mayor satisfacción que hacer algo que te gusta sin miedos ni preocupaciones.

No caigas en ese hoyo profundo de la desesperación, pon en práctica todo lo que sabes y atrévete a dar un paso más allá. Nunca sabes que tan preparado estás para dar el siguiente paso, pero cuando lo haces entiendes que tu tiempo, tu autoestima, tus sueños y tus objetivos son muy importantes.

Belenchis